Una nueva vida para la casa Maragota de Lalín

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Promove Arquitectura

Promove Arquitectura realizó el proyecto de reforma integral de este histórico edificio lalinense

15 abr 2024 . Actualizado a las 14:00 h.

Situado en el corazón de Lalín, en el número 4 de la rúa Colón, el inmueble cuyo bajo alberga la conocida tienda de la Maragota cambiará de imagen. El proyecto de renovación integral de este edificio histórico, testigo de la vida de generaciones durante más de un siglo, es obra del estudio local Promove Arquitectura. La propietaria, María Jesús Soto, explica que el estado actual del edificio, que aún conserva un entramado interior de madera, urgía por las condiciones de conservación en las que se encuentra.

La protección de la vecina casa de Don Álvaro exigió que el diseño siguiera pautas dictadas por Patrimonio, que demandó líneas limpias y sencillez en la rehabilitación. Desde Promove Arquitectura explican que la configuración arquitectónica está supeditada no solo a gustos estéticos sino también a condicionantes dictados por normativas y protección patrimonial, entre otros.

La planta baja albergará un solo espacio comercial donde seguirá estando la tienda Maragota, que pasará a disponer de unos 70 metros cuadrados. En la planta primera la configuración será la misma que la actual y la segunda y la tercera serán de nueva factura. En ellas, explican desde Promove, «plantexanse cerramentos altamente eficientes enerxéticamente no edificio usando un sistema de illamento polo exterior (sistema SATE)». Los balcones y los aleros del edificio serán construidos con materiales nobles como la piedra de granito. Estructuralmente, añaden, «plantexarase un sistema de estrutura metálica con forzados de chapa colaborante o que facilita, dado a configuración do edificio, un mellor axuste nas cotas das plantas e alturas libres».

El proyecto busca confort y eficiencia energética con un sistema de bomba de calor de alta eficiencia en el interior de las viviendas: una por planta, y calefacción con suelo radiante. Los propietarios, que regentan la Maragota, esperan que la obra, que será ejecutada por la firma Ferradás, pueda empezar entre agosto y septiembre y la duración se estima de un año a un año y medio aproximadamente. Durante ese tiempo la tienda de comestibles, golosinas y frutería de la Maragota seguirá funcionando en un bajo próximo.

Tienda, hotel y cuartel

Chus y su marido José Manuel la regentan desde hace 37 años, justo después de casarse. María Jesús, cuenta, tenía 18 años y durante un año aún siguió funcionando la pensión que albergaba el inmueble: el hotel Elvira, regentada por Elvira Ferradás Costa, abuela del actual propietario, que falleció en 1975. El negocio lo empezó el bisabuelo de José Manuel, Manuel Ferradás y su mujer. Este fue retratado por Laxeiro en 1931 como pago por las comidas de la fonda. El edificio albergó un afamado mesón especializado en carnes de caza como perdices y conejos surtidos por los cazadores de la zona.

Antes de ser pensión, comenta Ana, hermana de José Manuel, los padres de Elvira tuvieron una librería donde ella aprendió a leer y a escribir y luego pasaron a tener una pensión. Parte de los clientes eran viajantes que llegaban a Lalín a caballo, por lo que una parte de la planta baja la ocupaban las cuadras para dejar a los animales. En la parte que hoy es la tienda, María Antonia Delgado López, Toñita, nuera de Elvira y madre de José Manuel cosía allí y ejercía de modista. Con el tiempo transformó la tienda en una frutería, que después pasaría a manos de su hijo y su nuera.

La construcción del edificio tuvo, al menos dos fases. Las dos últimas plantas se añadieron allá por los años 40, mientras que el bajo y la primera planta, cuyas paredes llegaron a estar revocadas y que hoy se ven de piedra de mampostería, son mucho más antiguas. El cronista lalinense Daniel González Alén encontró constancia de la casa en un documento de 1870 en el que figura como cuartel de la Guardia Civil en aquella época en la que la actual rúa Colón llevaba el nombre de Pelayo. Alrededor de ella había unas casitas, que pudieron ser las viviendas de los guardias. Se cree que en 1850 el edificio ya estaba en pie, pero puede que sea incluso más antiguo. Con la reforma, Promove busca además de diseño, funcionalidad, forma y materiales, incorporar «emoción e beleza, co fin de que os espazos inflúan na felicidade e benestar de quen os habita».