El asfaltado de la calle Santiago podría invadir un camino privado

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Tramo del camino que se proyecta asfaltar, en su confluencia con la calle Chantada
Tramo del camino que se proyecta asfaltar, en su confluencia con la calle Chantada ALEX GÓMEZ

Los dueños defienden que el trazado del vial en las normas subsidiarias es otro

25 abr 2024 . Actualizado a las 10:37 h.

Los últimos cien metros de lo que el Ayuntamiento de Monforte considera una parte sin pavimentar de la calle Santiago —cerca ya de la salida a la calle Chantada— son un realidad un camino de servidumbre cuyos propietarios tienen nombre, apellidos y documentos que lo acreditan. Así lo afirman los titulares de este acceso a las fincas rústicas de la zona, que echan mano de las antiguas escrituras de los terrenos y un informe pericial de este mismo año frente a la pretensión municipal de completar el asfaltado del vial que arranca en la calle Veiguiña. La confusión, a su juicio, solo puede deberse a un acto de «mala fe».

El Ayuntamiento sometió recientemente a información pública el proyecto de expropiación, por el procedimiento de tasación conjunta, de los terrenos necesarios para la realización de las obras de regeneración del firme de la calle Santiago. Los propietarios disconformes con la obra —contratada en marzo del pasado año y paralizada hasta ahora por las dudas que surgieron sobre el carácter público de algunos terrenos— advierten de que el proyecto es un absurdo desde el mismo título. «No se puede regenerar ningún firme sencillamente porque aquí nunca hubo tal cosa», explican.

Hasta el año 1994 ni siquiera existía el camino en su configuración actual en el tramo más próximo a la calle Chantada. Entonces los dueños de los terrenos se pusieron de acuerdo para ceder entre todos la superficie necesaria para darle su anchura actual, ya que hasta ese momento tenía la justa para que pudiese pasar por allí un vehículo agrícola. El mantenimiento del piso de tierra —fundamentalmente explanaciones del terreno para atajar la proliferación de baches— corrió a cargo en estos años del propietario de un taller situado en la zona.

Otro vial sin salida

El otro contrasentido del proyecto municipal, según estos afectados, es que se basa en que la calle que se pretende asfaltar figura recogida como tal en las normas subsidiarias de planeamiento. Y esa afirmación es cuando menos discutible en vista de los planos que recoge el propio proyecto de expropiaciones, en los que se aprecia que el vial no discurre por esos cien metros finales sino que se desvía antes para conectar con la calle Roberto Martínez Andrade, que también confluye en la calle Chantada y que carece ahora de salida.

«Tratamos de explicarle todo esto al alcalde, pero no nos quiso recibir. Dijo que no tenía nada que hablar con nosotros y nos remitió a un concejal», señala uno de los propietarios que alegaron al proyecto. En su reclamación al proyecto de asfaltado señalan que el Ayuntamiento considera como parte de la calle Santiago un tramo que «en ningún caso es un camino público» y que no figura recogido como propiedad municipal ni identificado como vial en las normas subsidiarias. Lo que sí figura claramente en ellas —precisan— «es la continuación de la calle Roberto Martínez Andrade para enlazarla con la calle Santiago». Al seguir adelante con el proyecto, a su juicio, «se estaría cometiendo una infracción a la Lei do Solo de Galicia, además de la ocupación y transformación de un bien privado como público».

La calle Santiago tiene pavimentado el tramo que confluye con la calle Veiguiña, donde se ubica la delegación de Hacienda. El Ayuntamiento contrató en marzo del pasado año por 37.000 euros el asfaltado de los 340 metros pendientes, incluidos los cien más próximos a la calle Chantada. Los propietarios de las fincas se habían comprometido a asfaltar por su cuenta ese tramo, después de que una empresa les ofreciese un presupuesto de 7.000 euros. Pero según su versión el Ayuntamiento no les dio permiso para la realización de las obras.

Los dos cierres a los que afectan las expropiaciones y que deberán alienarse de nuevo están fuera de esos últimos cien metros. Uno de ellos se sitúa justo en el lugar donde empiezan y allí, de acuerdo con los planos, es donde deberían confluir las calles Santiago y Roberto Martínez Andrade. El tramo del camino que podría ser particular figura identificado en el callejero como Camiño Bo Casar.