«O noso hostal traballou sen parar durante 43 años e queremos que siga»

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

QUIROGA

El hostal restaurante Río Lor, situado junto a la N-120, estuvo abierto desde 1980 hasta el año pasado
El hostal restaurante Río Lor, situado junto a la N-120, estuvo abierto desde 1980 hasta el año pasado CEDIDA

La asociación provincial de hostelería premia a los dueños del establecimiento Río Lor de Quiroga, situado junto a la carretera N-120, que está ahora cerrado y en venta

12 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La asociación provincial de empresas de hostelería homenajeará en su gala anual —el próximo lunes— a los propietarios del hostal restaurante Río Lor de Quiroga, a los que se distinguirá con el premio «Toda unha vida nos fogóns». Los responsables de este conocido establecimiento situado junto a la carretera N-120, Horacio Rodríguez Rodríguez y Mari Carmen Maseda Ontiveros, se jubilaron el pasado noviembre después de 43 años de actividad ininterrumpida. El negocio está desde entonces cerrado y en venta. «De momento tivemos tres ofertas de compra, pero aínda non hai nada concretado», señala Horacio, quien dice que también estaría dispuesto al alquilar el establecimiento si no hubiese otro remedio, aunque está más a favor de venderlo.

El hostal Río Lor, creado por los padres de Horacio Rodríguez —Horacio y María—, inició su andadura en 1980. «Antes tivemos un bar en Paradela de Lor, a uns cincocentos metros de onde está o hostal», explica. En su primera etapa, el negocio fue atendido por el matrimonio y por la madre de él. «Durante todo este tempo sempre tivemos ademais cinco ou seis empregados», añade el empresario jubilado.

El establecimiento fue una referencia obligada para los pescadores del Lor —las truchas y la caza eran habituales la oferta de su restaurante—, pero su clientela ha sido mucho más extensa y variada. En sus 28 habitaciones se albergaron muchos viajeros y trabajadores, y en los últimos años también sirvió de albergue a numerosos peregrinos del Camino de Invierno. «O feito de estar na N-120 é moi importante, porque hai que ter en conta que desde Ponferrada ata A Cañiza non hai moitos aloxamentos nesta estrada», dice este respecto Rodríguez. En cuanto a los peregrinos, apunta que su lllegada era poco frecuente en invierno. «Pero de maio a setembro viñan moitos e ás veces tiñamos dez ou doce cada día», afirma.

Actividad incesante

Desde su apertura, dice también Rodríguez, el hostal funcionó siempre de manera continuada. «Traballamos sen parar durante estes 43 anos e a única excepción foi na pandemia, cando tivemos que pechar un tempo como todos os demais negocios de hostalería, e despois pasar polas restricións, pero en canto foi posible volvemos funcionar con toda a normalidade», recuerda.

Mari Carmen Maseda  y Horacio Rodríguez, los propietarios del establecimiento, disfrutan ahora de su jubilación
Mari Carmen Maseda y Horacio Rodríguez, los propietarios del establecimiento, disfrutan ahora de su jubilación

Un establecimiento a la espera de su reapertura en un municipio con una oferta limitada

Los propietarios del veterano hostal Río Lor esperan que el establecimiento pueda reabrir a corto plazo, cuando alguien se anime a comprarlo o alquilarlo y ponerlo de nuevo en actividad. «En Quiroga hai moi poucos aloxamentos e queremos o noso negocio volva abrir canto antes, porque a oferta que hai neste municipio é moi escasa, e máis aínda desde que pechamos», comenta Horacio Rodríguez. El hostal —añade— sigue teniendo vigente la licencia municipal de apertura. «Deixamos a licenza aberta durante un ano para que quen colla o negocio poida comezar a traballar ao día seguinte de facerse cargo del sen ter que volver facer toda a tramitación no Concello», apunta.

El empresario retirado considera que el hostal Río Lor sigue gozando de un gran poder de atracción por haber permanecido activo durante décadas, por su estratégica situación en la N-120 y por llevar aún poco tiempo cerrado. «Neste aspecto penso que a situación está hoxe igual que cando deixamos de traballar e antes da última Semana Santa tivemos un montón de chamadas de xente que quería vir aloxarse durante eses días, pero iso xa non era posible», señala. «Nos úlltimos anos tiñamolo practicamente cheo todos os días e o principal problema que tivemos non era pola falta de clientela, senón polas dificultades para encontrar persoal, que foi complicado sobre todo despois da pandemia, pero iso é algo que lles pasa a moitos outros hosteleiros», agrega.