Noventa reses sin control: «Hai gando sen chapa, e se fai mal non se lle pode botar a culpa a ninguén»

La Voz SANTIAGO

TOQUES

CEDIDA

Vacas y toros deambulan por carreteras y fincas privadas en los municipios Sobrado y Toques

04 feb 2024 . Actualizado a las 22:11 h.

Las señales que advierten de la presencia de ganado en la carreteras no están puestas al azar. Y, en la provincial que vertebra Toques —la DP 4604— cobran especial sentido, pasado el núcleo de Brañas, en dirección a Sobrado dos Monxes. Es vox populi en la zona que un rebaño de vacas campa a sus anchas por viales y pastos sin vigilancia y control. Y eso es, precisamente, lo que los ganaderos le piden a la autoridad competente: «Que esixa o que di a lei, que é que hai que ter os animais controlados, como facemos o resto», resume uno de los afectados. La situación, que, según indican, se remonta a años atrás, está causando daños en propiedades, y perjuicios económicos en explotaciones. Porque, «como alimenta os animais no inverno unha persoa que non recolle forraxe?», se preguntan. «No prado dos demais», responden.

El ganado que deambula por la zona suma «unhas noventa vacas ou máis», y, entre la manada, «hai unha chea de toros», cuentan los ganaderos, que advierten que «hai animais sen chapa, e cando vén a administración non son de ninguén, e se fan mal, non lle podes botar a culpa a ninguén». Las reses pastan, así, en fincas ajenas. «Aínda que non teño o ganado fóra, tiven igualmente que pechar os prados, porque quedo sen nada para facer forraxe», cuenta un ganadero con una explotación en intensivo. Los daños son mayores en las granjas en extensivo, como la que regenta un vecino con cerca de un centenar de vacas en pastoreo. «Mestúranse unhas con outras», apunta. Tanto la Consellería de Medio Rural como la Guardia Civil conocen la situación, que, cuentan, «xa ten provocado algún accidente. Ese —advierten— é o problema máis grande, que se mate alguén de noite».

La aparición, el pasado diciembre, de tres reses acuchilladas fue la gota que colmó el vaso, y empujó a los vecinos a hacer público lo que sucede. «É o último cartucho que temos, porque non nos queda moito onde denunciar», afirman. Asocian los animales de la discordia a una finca «aberta, sen peches, e sen un pendello onde durmir», ubicada en el lugar de O Castro, en la parroquia de Codesoso, en Sobrado. Desde allí, se mueven libremente por un radio de seis kilómetros, según indican los ganaderos, que cuentan que las vacas «incluso chegaron a Boimorto». Aunque el riesgo al que se exponen los conductores que circulan por la zona es la mayor preocupación de los afectados, el precio que pagan por el conflicto vecinal es alto. Uno de los ganaderos cuenta que tiene la granja inmovilizada desde hace 10 meses. «Non podo nin vender, nin comprar, nin facer nada, e todo o que nace teño que seguir alimentándoo», cuenta, el hombre, un joven ganadero que acabará acatando una resolución de Extensión Agraria que le obliga a sacrificar veinte vacas, porque genéticamente no es posible demostrar su procedencia. «Non consigo entendelo, están sans», se queja el ganadero, que vincula el origen de la intervención administrativa con el conflicto con el vecino al que responsabilizan de la presencia de ganado suelto en la zona. «Denuncioume porque di que lle roubei 33 vacas, aínda que logo aumentou a 46», cuenta.