Primeras policías locales: «Dirigíamos el tráfico con falda, tacones y bolso»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Formaron una patrulla de dos mujeres pionera en el Vigo de 1985: «Estábamos hartas de que los ciudadanos hablasen solo hacia nuestros compañeros hombres»

10 mar 2024 . Actualizado a las 01:40 h.

«Al principio salías sola a la calle, sin emisora ni teléfono. Si pasaba algo tenías que buscar una cabina para llamar y pedir refuerzos». Corría el año 1981 cuando Marina Ledo (Silleda, 1952) ingresó en la Policía Local de Vigo. Fue una de las tres agentes de la primera promoción con mujeres. Dos años después, en 1983, vistió el uniforme Begoña Villar (Vigo, 1963): «Mi padre era policía, el mítico Perniñas, pero cuando vi en el periódico que habían entrado varias mujeres, entre ellas Marina, fue cuando se me ocurrió que yo también quería ser agente». No se conocían y ya se cambiaron la vida.

Estas dos mujeres acumulan más de cuarenta años de amistad y servicios. Juntas protagonizaron un hito, en el año 1985, al formar la primera patrulla de la Policía Local de Vigo con dos mujeres. «Estaba harta, porque aunque yo fuese mando y mi compañero no, los ciudadanos siempre se dirigían a él. Si éramos dos mujeres no le quedaba más remedio que hablar con una de las dos. Fue una idea loca». explica Marina Ledo, que fue quien eligió a Begoña Villar como aliada. «No tienes ni que hablar, con mirarte ya sabes lo que va a hacer tu compañera y lo que tienes que hacer tú». En el aparcamiento de la jefatura de Vigo aún se conserva el Citröen Visa en el que patrullaban la ciudad.

A mediados de los 80, las mujeres empezaron a asumir más tareas tras los primeros años en los que su trabajo se limitaba a regular el tráfico. «Estabas ocho horas al sol o a la lluvia dirigiendo coches. Los políticos y los mandos te querían ver en el cruce, incluso los domingos a las ocho de la mañana». Fue una época dura y no solo por las inclemencias del tiempo. «Dirigíamos el tráfico con falda, tacones y bolso, era agotador», explica Begoña. Marina Ledo aún recuerda cómo combatía el calor: «Pasabas frío, pero peor el verano. Recuerdo que se me pegaban las suelas de los zapatos al asfalto. Cuando me tocaba en la Plaza de España metía los pies en la fuente para refrescarlos».

A base de protestas, las mujeres policía consiguieron que se les cambiara el uniforme para igualarlo al de sus compañeros. Se bajaron de los tacones, empezaron a usar pantalones y recibieron su arma reglamentaria. La creación del 092 y las patrullas nocturnas, en el año 1984, fue un momento clave para acercarse a la igualdad. «Era inviable pensar que podías salir corriendo detrás de nadie con tacón», aclara Marina Ledo. «Hasta entonces en el bolso llevábamos un callejero de Vigo, un bloc de multas, una libreta para tomar notas, bolígrafo y tiza para marcar en el suelo los accidentes», explica Villar. 

«Te sacas o te saco»

En la España de 1980 apenas había mujeres en cargos de autoridad ni el país estaba acostumbrado a que ellas mandaran. A Marina y a Begoña no les temblaba la voz cuando daban una instrucción y no se atendía. «Recuerdo cuando Marina tuvo que enfrentarse a un camionero que quería circular por el centro de Vigo. Marina le decía que no podía pasar y él que sí, y se encaró. Ella le dijo que de uniforme no iba a montar el lío, pero que si él quería discutir que se presentase en la puerta de la jefatura a las 10.30, que ella acababa el turno», cuenta Begoña. Marina asegura que lo volvería a hacer: «Le dije que yo no me podía poner a su altura vestida de uniforme, pero que sí que lo haría vestida de calle. Entonces, me respondió: ‘¿Qué documentación quiere?’». También Begoña tuvo que ponerse firme con un conductor que obstaculizaba el tráfico: «Cruce de Concepción Arenal, manifestación de Álvarez. Le dije que apartase el coche y me dijo que no, le dije: Te sacas tú o te saco yo. Desde entonces, no me puede ni ver, pero otro hombre que iba en el coche sigue siendo mi amigo hoy».

Han salvado vidas juntas, como cuando rescataron a personas sepultadas por los escombros cuando se hundió una nave en la avenida de Madrid. Nunca tuvieron que disparar en acto de servicio, pero sí saben lo que es vomitar al llegar a casa tras vivir situaciones muy duras. «Recuerdo el primer atropello, un bus se llevo por delante un señor y no paraba de sangrar. En el momento mantienes el tipo, pero en casa hasta te mareas recordando...». Begoña traspasó su vocación a su marido, que se hizo agente aconsejado por ella, y a su hijo, que sigue ejerciendo y es el primer policía de Vigo hijo de un matrimonio del Cuerpo.

Hoy están jubiladas, pero les queda la deformación profesional. «Yo sigo sentándome en las cafeterías frente a la puerta, necesito tenerlo todo controlado», reconoce Begoña que llegó a la Local tras haber estudiado Corte y Confección. Hoy sigue haciéndose su ropa. Marina estudió Magisterio y daba clases cuando decidió aspirar a agente. «Preparé las oposiciones de biblioteca, pero el examen a la Local era antes y probé. Los trabajos se parecen, yo creo que la Policía debe educar a la población. Antes podías instruir al ciudadano en vez de sancionarlo, hoy en día ya no».

Sus canciones favoritas

Marina Ledo: «El Condor Pasa», de Simon & Garfunkel. «Esta canción me transporta a un lugar, con una gente y un período de mi adolescencia muy bonito».

Begoña Villar: «Celebration», de Kool & The Gang. «Hay que celebrarlo todo. Me considero una luchadora y me gusta celebrar cada triunfo».